Me dolían los hombros y me pregunté: ¿hasta cuando cargaré con esto?
Cargar con esto que no es mio ya no quiero.
Los pies pesados y cansados. Tanto caminar sin rumbo.
Me aferré de las pocas estrellas que brillaban.
Y me dormí a pesar del frío.
Lo lindo es que ahora están en mis sueños, de esos que parece que vivimos.
Y al final ya está. Ya no cargo con todo eso.
Pero todavía tengo mis estrellas. Esas que me hacen feliz.
Que belleza,
ResponderEliminarel no cargar con nada màs
que la decisión de no cargar más nada.
Totalmente, a veces es tan difícil ver que el peso lo seleccionamos nosotros en nuestra vida, es como preparar la mochila para el viaje.
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