martes, 24 de febrero de 2015

Bajo la luna

Sus pies golpearon el suelo.
Como rocas contra el pasto.
Su cabeza no paraba de girar, quizás gracias al efecto del alcohol.
Ese viejo tronco parecía el mejor lugar en donde sentarse, así que simlemente lo hizo, 
apoyó su cerveza en un costado y comtempló la vista.
Árboles que se alzan en lo lejano, justo destrás del lago. La luna alta en el cielo teñia el paisaje de plateado.
Miró el vacío. El vacío que la rodeaba. Esa soledad infinita que la acobijaba se sentía bien.
Y sonrió. Y luego rió, rió desesperadamente, hasta que empezó a doler, entonces fue cuando lloró. Y lloró mares.
Levantándose del tronco se acerca hacia el paisaje, pensando en perderse, en hundirse en aquél espejo natural y volar.
Volar bajo el agua, eso sonaba bien.
Y entonces la vió. Esa sombra que se elevaba frente a ella. Ese mural impenetrable que se erigía majestuosamente.
Empezó a temblar y cayó al suelo de rodillas, se llevó las manos a los ojos y secaba sus lágrimas.
Y entonces todo se hizo más claro. Pudo ver. Pudo ver más allá del agua y de los árboles. Y la sombra la abrazó, en la oscuridad.
Levantó la cabeza y la vio. Con sus ojos apretados de miedo y la boca tensa y su pecho se movía agitado.
"Ojalá no la hubiera asustado así" Pensó. Y le susurró "Perdón, Luli, perdón otra vez".      

No hay comentarios:

Publicar un comentario