martes, 24 de febrero de 2015

Bajo la luna

Sus pies golpearon el suelo.
Como rocas contra el pasto.
Su cabeza no paraba de girar, quizás gracias al efecto del alcohol.
Ese viejo tronco parecía el mejor lugar en donde sentarse, así que simlemente lo hizo, 
apoyó su cerveza en un costado y comtempló la vista.
Árboles que se alzan en lo lejano, justo destrás del lago. La luna alta en el cielo teñia el paisaje de plateado.
Miró el vacío. El vacío que la rodeaba. Esa soledad infinita que la acobijaba se sentía bien.
Y sonrió. Y luego rió, rió desesperadamente, hasta que empezó a doler, entonces fue cuando lloró. Y lloró mares.
Levantándose del tronco se acerca hacia el paisaje, pensando en perderse, en hundirse en aquél espejo natural y volar.
Volar bajo el agua, eso sonaba bien.
Y entonces la vió. Esa sombra que se elevaba frente a ella. Ese mural impenetrable que se erigía majestuosamente.
Empezó a temblar y cayó al suelo de rodillas, se llevó las manos a los ojos y secaba sus lágrimas.
Y entonces todo se hizo más claro. Pudo ver. Pudo ver más allá del agua y de los árboles. Y la sombra la abrazó, en la oscuridad.
Levantó la cabeza y la vio. Con sus ojos apretados de miedo y la boca tensa y su pecho se movía agitado.
"Ojalá no la hubiera asustado así" Pensó. Y le susurró "Perdón, Luli, perdón otra vez".      

24/02/15

Filoso, cortante, punzante. Se alojó detro de mi y se afirma con fiereza
Quisiera poder arrancarlo, de una vez por todas, pero realmente duele.
Duele cada tirón, duele sacarlo.
Quisisera poder limpiar este desastre y tener la satisfacción de decir "lo logré".
Pero se ve tan distante, tan imposible y lejano.
Necesito sacarlo de mi. Poder librarme de él.
¿Por qué me elegiste a mi cuando podrías causar mal en otro lado?
¿Acaso yo te invoqué?

Odio que tu miedo te paralice, Y yo quede acá, esperando.
Esperando algo que jamás va a llegar.
Y así con la siguiente, la próxima.
Odio tener que ser un nombre al vacío.
Llámame cuando me necesites, no me menciones en vano.

Podría haberte dado lo mejor y lo peor, pero siempre con una sonrisa.
Podría haber solucionado mil problemas existentes o hipotéticos.
¿Por qué? ¿Por qué si vas toda esa luz no te quedaste?
Era tan sencillo quedarse.
Tan fácil y valioso.
Podría haberte dado todo. Todo lo que si y lo que no.
Lo que estará y lo que se fue, pero todo en fin.
Quisiera poder odiarte. Pero ni para eso soy tan valiente.

Amaría poder decir tu nombre sin que se arrastre por mis dientes.
Hablar de vos sin nostalgia o dolor.
Y poder mostrar esa felicidad transparente que alguna vez ahí estuvo.
Con vos.
Pero no estás y así lo elegís. Y así lo tengo que aceptar.       
         
      

sábado, 8 de febrero de 2014

No quiero tener hijos.

No quiero tener hijos.
Y la gente no lo entiende. Y todos creen que por ser joven todavía no sé que es lo que quiero.
Seguramente tener hijos sea una experiencia increíble.
Pero cuando mi hijo crezca, sea un niño lleno de preguntas y una cabeza lista para llenar de conocimiento y sabiduría ¿ cómo le explico que en este mundo nadie tiene la libertad de ser quien es?
Suena a generalizar, pero si prestamos atención esta raza a la que pertenecemos lo único que hace es destruir.
Son pocos aquellos que saben construir. Y en la mayoría de los casos, son señalados.
Por que eso hacemos, señalamos. No sabemos hacer nada más.
Señalar si sos blanco, negro. Si tenés plata o sos pobre. Si te gustan las mujeres o los hombres.
Señalamos todo, por que que tenemos miedo. Miedo de lo que nos diga la sociedad, nuestros pares, nuestra familia. Y como dije antes, señalamos a esos pocos que NO tienen miedo.
Entonces ¿cuándo crecemos?
Yo no quiero un mundo así para mi hijo. ¿Por qué habría de exponer a alguien a pasar por lo que pasan miles de personas directa o indirectamente?
Yo quiero un lugar en donde él pueda crecer siendo felíz con quien es. Siendo respetado por sus decisiones y elecciones.
Yo no quiero ver a mi hijo llorar. Infeliz.
No sé como voy a explicarle que el mundo está lleno de animales abandonados por que la gente se aburre, no los quiere o simplemente los deja como si fueran ropa vieja. O que los maltratan, por el simple hecho de divertirse, que los violan, que los mutilan, que los dejan morir de hambre y sed. ¿Va a entender mi hijo que nosotros como humanos, como seres pensantes, le provocamos el dolor innecesario a un animal que no tiene manera de defenderse por nuestro propio ego, egoísmo o placer?
¿Va a entender mi hijo que en este mundo la gente mira el status social para relacionarse con los demás? ¿Que es muy raro ver a un pobre amigo de un rico? ¿Y si le digo que la gente paga para tener relaciones sexuales con menores de edad que fueron secuestrados de sus casas y colegios? Que la gente secuestra miles de chicos para pedir dinero a cambio de su vida, como si fuera una bolsa de papas.
Que en países como Rusia ser homosexual está mal. ¿Qué le digo?
¿Por qué habría yo de traer algo que sería lo más preciado para mi a un lugar como este?
Un lugar donde el que habla es callado. Un lugar en donde la decisión de dejar de comer animales es cuestionada. Que si sos judío, católico, evangelista...
¿Por qué no podemos SER y nada más?
Yo no quiero tener un hijo para que venga a tener miedo o bronca, como la que yo siento. O dolor por ver sufrir a miles de personas y seres vivos. O impotencia, como muchos de nosotros.
Un hijo es un tesoro. Yo no entregaría un tesoro en este lío. Acá todos se pelean, se arrancan las cabezas, se comen unos a otros.
Entonces, para todos aquellos que alguna vez me preguntaron "¿Por qué no querés tener hijos?" mi más sincera respuesta es : "Por que no quiero que venga a ver lo que yo tengo que ver todos los días".

Y podrán llamarme pesimista (siempre nos llamamos de alguna manera entre nosotros), no me importa.
Seré pesimista, también soy vegetariana, apoyo la comunidad gay, estoy en contra de la violencia, tengo amigos de todas las razas, países y religiones. Y la gente que camina conmigo, lo hace por que me eligen, como yo a ellos. Sin señalar.



lunes, 20 de agosto de 2012

Me dolían los hombros y me pregunté: ¿hasta cuando cargaré con esto?
Cargar con esto que no es mio ya no quiero.
Los pies pesados y cansados. Tanto caminar sin rumbo.
Me aferré de las pocas estrellas que brillaban.
Y me dormí a pesar del frío.
Lo lindo es que ahora están en mis sueños, de esos que parece que vivimos.
Y al final ya está. Ya no cargo con todo eso.
Pero todavía tengo mis estrellas. Esas que me hacen feliz.





jueves, 12 de julio de 2012

Deseo.

Quema, pero me hace reír.
No paramos, nunca paramos.
¿Por qué habría de parar algo tan magnífico?
Si somos tan completos. Y siempre nos acompañamos.
Esa sensación... Sé que me estás mirando.
Y te da cosa cuando me río de manera descontrolada.
Pienso, la sonrisa se agranda.
Mirás de reojo, sé, lo siento.
Me da más placer el saberlo.
Eso es lo que quema. El placer.
Nos arde desde adentro.
Y amás que así sea.
Por que no podés dejar de hacerlo.
No queda más que pensar.
Solo actuamos como animales.
Sabés que yo te acompaño.

jueves, 1 de marzo de 2012

Chau.
Como el filo cortante de el desinterés.
Chau. ¿A quién le importa?
No es estás perdido, si decidís perderte.
Alcanzar una infinita impunidad,
solo por pretender aprender.
Sabio por sabio.
Ya estaba visto.
Chau.
No sé si para siempre.
Pero por ahora, chau.

martes, 28 de febrero de 2012

Ausencia


Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.